Judaísmo: fieles a la tradición de los hebreos, la mayoría de los judíos continúan practicando la circuncisión al octavo día después del nacimiento del niño, excepto en caso de contraindicación médica. El padre es el responsable de preparar la ceremonia, que debe realizarse por la mañana temprano y es precedida por una vigilia consagrada a los rezos. La circuncisión se llama en hebreo milah, pero la expresión completa es brit milah...,11 cuya primera palabra significa 'alianza'. En efecto, esta circuncisión se practica para recordar el pacto establecido entre Yavé y Abraham, en el que éste sería hecho «padre de muchedumbre de gentes» (Génesis 17:4).12 La persona gentil que ha culminado su preparación con vistas a su ingreso en la familia judía, y que ha sido aprobada por un bet-din (especie de tribunal con tres rabinos) competente, debe realizar necesariamente además tres pasos ceremoniales (dos si es mujer): Circuncisión (sólo varones), Inmersión en pileta ritual, y Ofrenda en el Templo (este paso en la actualidad es omitido, pues al no existir Templo en Jerusalén, está vedada la ofrenda de sacrificios).
Cristianismo: El apóstol Pablo recomendó no forzar la circuncisión como parte de la salvación del hombre, en contra de los judeocristianos, que aún creían que era necesario para ser parte del pueblo de Dios. La circuncisión continuó practicándose entre las iglesias coptas de Egipto y Etiopía. Entre los cristianos, destaca de forma anecdótica que en Inglaterra, la reina Victoria creía que la familia real descendía del Rey David. Hizo circuncidar a sus hijos y nietos, manteniéndose la costumbre hasta finales del siglo XX, cuando la princesa Diana se opuso a la circuncisión de sus hijos.[cita requerida] Un país de mayoría católica, las Filipinas, presenta una tasa de circuncisión del 100%. Parece que esta práctica cultural se remonta a unos orígenes prehispánicos y que fue fortalecida por la colonización norteamericana (1898-1946).[cita requerida]
Islam: la circuncisión es practicada por la mayoría de los musulmanes, aunque su práctica procede de la tradición y no se menciona en el Corán. Es una tradición de origen bíblico, que ya se practicaba en tiempos preislámicos. Sólo una de las cuatro escuelas sunníes, la shafií, la considera preceptiva, pero para el resto de los musulmanes no es obligatoria. La edad a la que se debe practicar la circuncisión es objeto de debate y varía según los lugares. En algunos sitios, como Irán, tiene lugar a menudo en el mismo momento del nacimiento. Sin embargo, en otros lugares se puede esperar hasta los siete años, edad que muchos consideran como más adecuada. Lo más importante es que la operación sea realizada antes de la pubertad. La circuncisión de un niño se celebra con una fiesta familiar, en la cual el circunciso recibe regalos. Los adultos incircuncisos que se convierten al Islam no tienen, desde el punto de vista doctrinal, por qué hacerse practicar esta operación, aunque existe una arraigada creencia popular de que sí es necesario.
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