La cita en la pujante metrópoli a orillas del Pacífico tendrá una inauguración de alto vuelo con el premio Nobel de literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa, junto al escritor nicaragüense Sergio Ramírez. Asimismo será protagonista la Real Academia Española (RAE), que celebrará sus 300 años velando por el correcto uso de la lengua.
El VI Congreso, bajo el lema "El español en el libro: del Atlántico al Mar del Sur", convocará hasta el miércoles próximo a más de 200 académicos, escritores, directores de bibliotecas nacionales, editores y otros profesionales vinculados con la lengua de Cervantes.
Avance vertiginoso. El idioma español, hace seis años, ocupaba aún el cuarto puesto de las más habladas del mundo. Y ahora mismo se sitúa por delante del inglés. Además, 18 millones de personas lo estudian en el mundo como lengua extranjera.
En internet, donde es la tercera lengua más usada, registró un notable aumento en la última década. Hasta el punto de que en la red social Twitter es ya la segunda lengua más usada, tras el inglés y por delante del portugués y del japonés. En Facebook, que tiene mil millones de cuentas, 80 millones de personas se expresan en español.
Para 2030, la estimación es que el 7,5 por ciento de la población mundial sea hispanohablante. Y "en tres o cuatro generaciones, el diez por ciento de la población mundial se entenderá en español", según Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes y ex director de la Real Academia Española (RAE).
Empuje en EEUU. La lengua de Miguel de Cervantes y de Gabriel García Márquez está viviendo un importante empuje en Estados Unidos. Con unos 50 millones, es el primer país del mundo de habla no española con mayor población hispanohablante. Y no solo eso: se estima que en 2050 superará a México, el país con más hablantes de español.
Es además, con 900.000 alumnos, el idioma extranjero que más se estudia en sus universidades. "Yo he leído todas las obras de Gabriel García Márquez en inglés, mi hija las ha leído en español", decía el ex presidente Bill Clinton ya hace unos años.
Por todo esto el Instituto Cervantes, encargado de difundir el idioma y la cultura española en el mundo, acaba de abrir un observatorio para el estudio del español en la Universidad de Harvard, que quiere convertir en referencia internacional para el análisis prospectivo de la situación de la lengua en Estados Unidos.
China es otro de los países en los que el Instituto Cervantes sigue detenidamente la evolución del español. Frente a los 1.500 del año 2000, en China hay ahora 25.000 universitarios que lo estudian en las 90 universidades que lo imparten y allí ha habido que rechazar un 70 por ciento de las solicitudes de cursos de español por la escasez de profesores cualificados para impartirlos.
El gigante asiático "exporta" estudiantes a 34 universidades hispanoamericanas y 22 españolas que pueden convertirse en el futuro en los profesores de español que hacen falta en ese país.
Pero entre toda esta pasión que despierta en el mundo, se esconde aún un viejo debate sobre la adscripción geográfica de la lengua. El español nació en España, pero con una población de algo más de 47 millones, los hablantes en el país europeo suponen una pequeña parte de los de América latina, donde viven 600 millones de personas.
"El español no es solo de España. Nosotros somos solo la décima parte de los hispanohablantes y por tanto la responsabilidad de la difusión de ese patrimonio corresponde al conjunto de todos los países", señalaba hace unos meses De la Concha.
Dos años después de dejar la dirección de la RAE, donde lo sucedió José Manuel Blecua, el filólogo aterrizó en enero de 2012 en la del Instituto Cervantes, una institución que hace del español una política de Estado que no hacen los países latinoamericanos.
Desde el Cervantes, De la Concha se ha propuesto "compartir el liderazgo de la difusión del español con todos los países hispanohablantes", llevando a cabo un proceso de "iberoamericanización" a través de acuerdos con países e instituciones latinoamericanas.
Poco a poco se avanza en la superación de los viejos esquemas criticados en América latina. Hasta hace relativamente poco, por ejemplo, la RAE se resistió a superar los tiempos del "limpia, pule y da explendor" y a asumir que los españoles no marcan la pauta viva de la lengua, sino que esta es mucho más universal.
La institución, que este año cumple 300 años de vida, ha dado pasos con la publicación, por ejemplo, de la "Nueva Gramática", del "Diccionario de Americanismos" y del "Diccionario Panhispánico de dudas", obras consensuadas con la Asociación de Academias de la Lengua Española, con sede en distintos países.
Y es que a nadie se le escapa ya que la suerte del español se juega en América latina. O como decía hace un tiempo el académico español de la lengua Juan Luis Cebrián: "El castellano del siglo XXI será lo que Latinoamérica decida".
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