miércoles, 27 de noviembre de 2013

"Entre Marta y Lope"



Sergio González Moreno
Licenciado en Filología Hispánica
Universidad Complutense de Madrid

Hoy he ido al Teatro Español a ver la representación "Entre Marta y Lope" interpretada por los actores Gerardo Malla y Montse Díez .
¿Qué decir sobre la obra? Realmente maravillosa. Realmente realista. Realmente impresionante. Estos tres adjetivos se quedan cortos a la hora de calificar la obra dirigida por Gerardo Malla y Santiago Miralles.
Como filólogo y amante de la buena literatura clásica he de decir que merece la pena verla. Merece la pena verla porque representa una parte importante de la vida de Lope de Vega: su relación con Marta de Nevares. Esta etapa en la vida de Lope fue muy difícil y menguó mucho su salud y su estado anímico. Recordemos que doña Marta de Nevares es una mujer más joven que Lope de Vega, y sufría ésta una enfermedad mental, agravada por la ceguera. Lope de Vega la conoció durante una Justa Poética siendo él sacerdote. Lope de Vega se hizo sacerdote arrepentido de sus pecados banales, pues Lope de Vega tenía muchas amantes, y según algunos, tuvo más de 300 hijos en Madrid, frutos de sus relaciones ilícitas con actrices y comediantas. Ser sacerdote no era impedimento para que Lope de Vega se enamorase y tuviera relaciones sexuales con mujeres, y según algunos, también con hombres. La Inquisición andaba detrás de él por su comportamiento alejado de la doctrina cristiana, pero Lope de Vega era miembro del Tribunal de la Inquisición, y su buena relación con algunos miembros de la Corte lograron que la Inquisición no condenase a Lope de Vega.

La acción transcurre en el estudio de Lope de Vega, y dura tan sólo una noche.
Lo que se cuenta es real en la vida de Lope de Vega. La obra no representa una obra de teatro clásica sino que representa una historia real, la historia de Lope y Marta, que sucedió en Madrid hace ya unos 400 años, aproximadamente.




He de decir que, como experto en la materia, todo lo que se cuenta en esta obra teatral es verdad, y real. Lope de Vega sintió lo que sintió por Marta de Nevares y Marta de Nevares sintió lo que sintió por Lope de Vega, tal cual se dice en esta representación.
Aunque parezca que el escenario y la iluminación es de lo más pobre, no es así. La instancia de Lope de Vega era así, con poca luz y poco adorno; pues recordemos que estamos en el siglo XVII y no había iluminación eléctrica.



Todo está muy bien logrado. Los actores son los mejores, incluso Felipe IV y el Duque de Sesa que aparecen en la obra satirizados.

Otros personajes desfilan en la obra: Góngora, Quevedo, Cervantes, Roque Hernández, doña Marcela de San Félix, Elena Osorio....

Sin más, os animo a asistir al Teatro Español a ver la representación. Viajaréis en el tiempo a unos 400 años atrás. Os sorprenderá, aunque sólo sea por volver atrás 400 años durante una hora y quince minutos.





domingo, 24 de noviembre de 2013

Sanidad medieval: posturas fetales

SANIDAD MEDIEVAL: POSTURAS FETALES

Buscando ilustraciones sobre sanidad medieval, me han sorprendido las imágenes del Ms. Sloane 2463 de la British Library, sobre el tema de anatomía y en especial sobre ginecología. Hemos compuesto una sola imagen con motivos de los folios 217/218. Como puede observarse el autor recrea diversas posturas fetales, tema hasta cierto punto novedoso en el primer cuarto del siglo XV.
Este manuscrito de procedencia inglesa ofrece una miscelánea médica, incluyendo los textos de anatomía (ff. 1-51v), una variedad de tratamientos de heridas, fracturas y rupturas internas (ss. 53-152); recetas (ss. 154-193V), una traducción amplificada de las secciones de ginecología desde la medicina Compendio de Gilbertus Anglicus(ff. 194-232).
 
(Biblioteca Gonzalo de Berceo)

lunes, 18 de noviembre de 2013

De Manuel Machado al Cid

Hermosa poesía que Manuel Machado escribió en memoria de don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.


CASTILLA

El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.

El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos,
—polvo, sudor y hierro— el Cid cabalga.

Cerrado está el mesón a piedra y lodo.
Nadie responde. Al pomo de la espada
y al cuento de las picas, el postigo
va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!

A los terribles golpes,
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal, responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca,
en el umbral. Es toda
ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.

«¡Buen Cid! Pasad... El rey nos dará muerte,
arruinará la casa
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...
Idos. El Cielo os colme de venturas...
En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».

Calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»

El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
—polvo, sudor y hierro—, el Cid cabalga.

sábado, 16 de noviembre de 2013

La lluvia, de Federico García Lorca

La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje! 


Federico García Lorca

jueves, 14 de noviembre de 2013

Recomendación para leer: "Tuerto, maldito y enamorado" de Rosa Huertas

Aunque se trate de una novela juvenil, lo cierto es que a mí me ha emocionado desde la primera página. Trata acerca de Lope de Vega y el Instituto de San Isidro de Madrid, donde estudiaron el mismo Lope de Vega, Cervantes, Quevedo y muchos más.

 La novela está ambientada en la vida de Lope de Vega y de su familia. La acción transcurre en Madrid y en el Barrio de las Letras.

Una estudiante de Literatura tiene que hacer un trabajo sobre Lope de Vega para el Instituto. En la Biblioteca del Instituto se encuentra con un fantasma que ha sido condenado por Lope de Vega a vagar por las estancias de la Biblioteca, buscando el descanso eterno que Lope no quiso darle. Desde que descubre al fantasma, deberá vivir una serie de aventuras recorriendo las calles, las plazas y los sitios más emblemáticos de ese Madrid más Barroco  del siglo XVII hasta lograr dar la paz eterna al fantasma. La acción tiene lugar en muchos lugares de Madrid. A medida que lees, aprendes sobre la historia del momento, la sociedad y las leyendas del Madrid más Barroco.

Es una novela que está bien documentada y los hechos históricos que en ella se narran son ciertos. Es una novela que desde la primera página engancha, y te invita a seguir leyendo.
Es muy recomendable para adolescentes y para todo tipo de público.

La violencia sobre las mujeres en la Edad Media



 En la Edad Media la violencia que sufren las mujeres no se reduce sólo al maltrato, como después voy a analizar, sino a un entramado social mucho más complejo. Pero no debe olvidarse que, en el Medievo, las mujeres sufrían la violencia general de la época y, además, la propia que se deriva de la supremacía del sistema patriarcal, que, desde mi punto de vista, es el principal generador de violencia sobre las mujeres. Por tanto, posiblemente en esta época histórica, la confluencia de dos formaciones sociales eminentemente violentas, como son el sistema feudal y el patriarcal, diseñaron una situación especialmente grave para las mujeres. No obstante, quiero insistir que esta situación no ha desaparecido para las mujeres, aunque se ha atenuado, pues el sistema patriarcal todavía está presente y el capitalismo genera una violencia diferente a la del feudalismo, más sofisticada, menos mediata.

La esencia del sistema patriarcal es violenta en si misma, además de injusta. Divide la sociedad en dos grupos atendiendo sólo al sexo de las personas. Los dos grupos son desiguales en lo referente a posibilidades sociales y en las relaciones que hay entre ellos, el patriarcado establece la superioridad del grupo masculino, a cuyas imposiciones de todo tipo las mujeres deben someterse. Por tanto, se establece una relación jerárquica, pues los hombres son los que deciden sobre el comportamiento y las posibilidades sociales de las mujeres, sin que ellas puedan intervenir, ni opinar. Todo ello entraña un sometimiento de las mujeres a los hombres que pueden disponer sobre ellas a su entera voluntad. La ley laica y la religiosa consagran esta situación de subordinación de un grupo al otro.

Por tanto, los planteamientos básicos del sistema patriarcal entrañan violencia hacia el grupo sometido, lo cual no quiera decir que haya maltrato material permanentemente, pero debido al sistema de organización social las mujeres sufren la violencia derivada de la supremacía masculina sobre ellas y de su posición secundaria en la sociedad, sean de una clase o de otra, con respecto a los hombres de su grupo. Tampoco quiere significar esto que las mujeres sufran todas y continuamente una violencia mediata o que se sientan en una situación de permanente agresión. Las características de la sociedad fueron así, pero las mujeres supieron crear espacios de libertad, de solidaridad y de creación de sabiduría. También hay que tener en cuenta que algunas mujeres fueron violentas, maltratadoras y otras fueron delincuentes e, incluso, criminales. Pero todas estas actuaciones, tanto las amables como las malignas, fueron excepcionales, la realidad social de las mujeres en la Edad Media es que sufrieron la doble violencia derivada del patriarcado y del feudalismo, sistemas sociales imperantes en aquel momento histórico.

La sociedad patriarcal no ofrece posibilidades a las mujeres para modificar su situación, ellas debían aceptar el diseño de su vida impuesto por los hombres.Todas ellas, pertenecieran a una clase social o a otra, estaban sometidas a esta situación de inferioridad y subordinación que, en si misma, es violenta. Las mujeres no tenían más que una posibilidad para escapar a esta violencia estructural que supone el sistema patriarcal. Esta única posibilidad, desde mi punto de vista, era abandonar su casa e ingresar en un beaterio o en un convento. La vida religiosa era la única vía que se ofrecía a las mujeres para escapar de los espacios domésticos en los que se les había recluido.

Los espacios domésticos, exclusivos de las mujeres, en la Edad Media y en todos los tiempos son espacios de opresión femenina. En ellos se encerraba a las mujeres para que se mantuvieran aisladas y dedicadas a los trabajos reproductores propios, que configuran a la familia patriarcal como unidad de producción, generadora de plusvalías que benefician al grupo masculino. Aunque ésta es la situación teórica, que en buena medida se correspondía con la realidad social, quiero señalar que, incluso en los espacios domésticos, las mujeres supieron establecer relaciones positivas y creadoras para eludir la subordinación y la violencia endémica. El beaterio o el convento eran un espacio de libertad para las mujeres que escapaban a la violencia endémica que suponía la subordinación patriarcal. En estos espacios, las mujeres podían decidir sobre su cuerpo, sus actividades, sus relaciones y formarse un pensamiento propio y diferente al que el patriarcado pretendía imponerles.

Las manifestaciones de la violencia patriarcal se constatan en la imposibilidad de las mujeres de disponer de su cuerpo y de libertad para actuar, pues estaban sometidas a su padre primero y, después, a su marido. La ley confirma esta situación y en sus diferentes disposiciones insistía en el tratamiento desigual a hombres y a mujeres y en la diferente responsabilidad que se daba a los actos de cada uno de ellos. El maltrato a la propia mujer, a la hija o la hermana no suponía ningún delito, pues se consideraba que la mujer era pertenencia de la familia, como una posesión más, sobre la que se podía disponer a entero capricho.


[1] SEGURA, Cristina: «Actividades remuneradas y no remuneradas de las mujeres en la España Medieval», Rentas, producción y consumo en España en la Baja Edad Media, Universidad de Zaragoza, 2001, pp. 109-120.

[2] SEGURA, Cristina: «La vida conventual: ¿Opresión o liberación para las mujeres de la Edad Media?», Estudios sobre la mujer. Marginación y desigualdad, Diputación de Málaga, Málaga, 1994, pp. 41-53.


La violencia sobre las mujeres en la Edad Media. Estado de la cuestión
Cristina SEGURA
Universidad Complutense de Madrid

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Homenaje al poeta Jaime Gil de Biedma por el aniversario de su nacimiento







"Aunque la noche, conmigo,
no la duermas ya,
sólo el azar nos dirá
si es definitivo".


Jaime Gil de Biedma



Barcelona, 1929 - id., 1990) Poeta español. Destacado representante de la Generación del 50 y unido por razones de afinidad intelectual y de amistad con algunos de sus miembros (en especial Carlos Barral y el poeta en catalán Gabriel Ferrater), su poesía se inspira, con arriesgada sinceridad, en la experiencia civil y en su historia personal. La expresión franca y libre de convenciones con que aborda los temas (entre ellos, y fundamental, el erótico), la ironía o el escepticismo inteligentes de que hacen gala sus versos, la andadura narrativa y el toque de sabio prosaísmo son virtudes que justifican el papel sumamente destacado que ocupa en la poesía moderna, a pesar de la brevedad de su producción.
 
Nacido en una familia de la alta burguesía, realizó estudios de derecho y estuvo a punto de ingresar en la carrera diplomática. En 1953, durante una estancia en Oxford, se inició en el conocimiento de los poetas anglosajones, que tuvieron una influencia decisiva en su obra. Trabajó en una importante empresa de tabacos que lo llevó a residir largas temporadas en Filipinas. Dio a conocer sus composiciones de juventud en la revista Laye con el título Según sentencia del tiempo (1953), pero su primer libro de versos importante fue Compañeros de viaje (1959), en el cual el magisterio de Luis Cernuda y W. H. Auden sirvieron al autor para trascender los enfoques de la poesía social de aquellos años, y aportar un punto de vista distanciado, subjetivo e irónico.
En las obras siguientes, Moralidades (1966) y Poemas póstumos (1969), se acentuó esta tendencia: renunció a pronunciarse dogmáticamente o a enarbolar banderas políticas, pero ofreció una visión sarcástica de la clase burguesa y criticó la historia reciente de España desde su propia experiencia, con una voz personal a la vez desencantada y lúcida. Recurrió a un lenguaje coloquial que en ocasiones puede parecer prosaico, y desgranó así sus temas preferidos: el universo de la infancia, el amor entendido como un impulso hedonista y el paso del tiempo.
El poeta revivió con nostalgia sus años infantiles y de adolescencia en la casa familiar de Nava de la Asunción (Segovia), pasado con el que afirmó tener una relación mítica y religiosa, y, al reivindicar un erotismo pleno y sin cortapisas, denunció la hipocresía y los convencionalismos sociales. Paralelamente, el transcurso del tiempo es en su obra un motivo constante y casi obsesivo que brota con especial intensidad en el Diario del artista seriamente enfermo (1974), libro de memorias escrito a causa de una prolongada convalecencia. La pérdida de la juventud, y consecuentemente de la pasión amorosa, desembocó en la necesidad de salvar la memoria y detener así el fluir temporal con objeto de preservar la propia vida.
 
Jaime Gil de Biedma realizó también una importante labor como traductor y escribió diversos ensayos, como Cántico: el mundo y la poesía de Jorge Guillén (1960) y los textos recopilados en El pie de la letra (1980), que se ocupan de T. S. Eliot, Luis Cernuda y otros poetas. Sus tres principales libros de poemas fueron agrupados, junto con algunas composiciones nuevas, en Las personas del verbo (1975). En 1981 se publicó su Antología Poética.
Póstumamente, en 1991, se publicó Retrato del artista en 1956, edición íntegra del diario escrito por el poeta durante un año de su vida, que se compone de tres partes: "Las islas de Circe", "Informe sobre la administración general en Filipinas" y "De regreso a Ítaca". Esta última había visto la luz en 1974 bajo el título de Diario del artista seriamente enfermo, pero el resto de la obra no pudo ser publicada en aquel momento debido a la censura vigente durante la dictadura franquista. Permanecen todavía inéditos otros dietarios escritos entre los años 1959 y 1965, así como el Diario de 1978.


Contra Jaime Gil de Biedma

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación -y ya es decir-,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?

Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.

Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
-seguro de gustar- es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.

Si no fueses tan puta!
Y si yo no supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.

A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!

 
Jaime Gil de Biedma

 

martes, 12 de noviembre de 2013

Manía de escritores




Escribir no es tarea fácil. Exige, además de aptitud y conocimientos, una gran concentración. La mayor parte de los escritores han buscado rituales para ayudarse o simplemente tienen supersticiones o manías que los ayudan a desarrollar su creatividad. Estas están profundamente ligadas a la idiosincrasia de cada individuo, no es que escribir de pie, como lo hacía Hemingway, o en horarios o periodos determinados, aporte resultados para cualquiera, pero sí se acaban convirtiendo en un ritual que ayuda a la concentración. Uno de los más habituales es el de ponerse a escribir antes del alba, cuando las distracciones son mínimas y la mente está más despierta, por ejemplo Haruki Murakami se levanta a las 4 de la mañana, trabaja 6 horas. Por la tarde corre 10 km o nada 1.500 m, lee, escucha música y se va a la cama a las 9, pero en algunos casos era al contrario, Balzac se acostaba a las 6 de la tarde, una criada lo despertaba justo a medianoche. Entonces se vestía con ropas de monje (una túnica blanca de cachemira) y se ponía a escribir ininterrumpidamente de 12 a 18 horas seguidas, siempre a mano su cafetera de porcelana. Durante todo ese tiempo, no dejaba de consumir taza tras taza. A ese ritmo diario, Balzac consiguió terminar más de 100 novelas y narraciones cortas.

En el fondo son pequeñas disciplinas, Saramago solo escribía dos folios por día, y ni una línea más. En otras ocasiones las rutinas son más fetichistas, por ejemplo John Steinbeck trabajaba con lápiz, pero tenían que ser lápices redondos para que las aristas no se le clavaran en los dedos, Pablo Neruda escribía con tinta verde, Antonio Tabucchi sólo escribía en cuadernos escolares, Amitav Gosh, sólo escribe con un bolígrafo Pelikan negro, y sobre un papel elaborado por un fabricante francés. Schiller sólo podía escribir si tenía los pies metidos en un barreño de agua helada.

Para algunos el lugar de escritura es un santuario, Jean-Jaques Rousseau prefería trabajar en pleno campo y, a ser posible, al sol. Montaigne en cambio escribía encerrado en una torre abandonada. Dicen que Gabriel García Márquez necesitaba estar en una habitación con una temperatura determinada. Debía tener en su mesa una flor amarilla, y siempre lo hacía descalzo.
Y en otros casos son puro fetiche. Lord Byron se inspiraba con el olor de las trufas, así que siempre llevaba algunas en los bolsillos y Hemingway  llevaba una pata de conejo raída. Isabel Allende tiene fetiches y comienza siempre sus novelas el 8 de Enero.

La Medicina en Berceo



Medicina en Berceo.-

Acaso el exoftalmos (Esta enfermedad relacionada en muchos casos con el hipertiroidismo consiste en la proyección o salida hacia fuera del globo ocular (proptosis), lo que puede dar la impresión de “ojos saltones”.
 
Puede afectar a un ojo o a ambos,( dependiendo de las causas)  descrito en el siguiente trozo de 'El premio de la Virgen' :

Enfermó esti clérigo de mui fuert manera
Que li querien los oios essir de la mollera ».

El alcoholismo agudo aparece tratado en El clérigo embriagado :

Recordo malamientre, andaba estordido » .
Pero que en sos piedes non se podía tener » .

Las lesiones propias de las quemaduras aparecen descritas con sencillez en La Iglesia profanada :

« Era cerca del fierro la carne mui inchada
La que iazie de inso era toda quemada » .

La terapéutica hace también su aparición; Así en 'El monje y San Pedro' se dice :

« Por salud de su cuerpo e por vevir mas sano
usava lectuarios apriesa e cutiano,
en Yvierno calientes, e frios en verano ».


NATURALISMO Y MEDICINA EN LA OBRA DE BERCEO
MARCELINO DE JUAN MARTÍN

Los sistemas alimenticios medievales

 
«el ric menja quan vol, el pobre quan pot i el monjo quan li toca»
Los sistemas alimenticios medievales

Cada estamento social desarrolló, entre 1280 y 1500, su propio sistema alimentario, seleccionó, de acuerdo con sus posibilidades respectivas, una gama más o menos amplia de víveres, les atribuyó, según un criterio no estrictamente funcional, un valor determinado y los combinó de forma diferente. El resultado consistió en una serie de regímenes muy diversos. El proverbio catalán «el ric menja quan vol, el pobre quan pot i el monjo quan li toca» es aplicable también a las sociedades pretéritas del Mediterráneo noroccidental.

l. La sobriedad forzosa de los menestrales y del «poble menut»

Durante la Baja Edad Media, las gentes de oficio, los expertos en las actividades mecánicas, la terça ma12, se convirtieron, también en las riberas del Mediterráneo noroccidental, en el estamento más representativo de la población urbana. El análisis de sus sistemas alimenticios no constituye, a pesar de su representatividad social, una tarea fácil, puesto que la documentación relativa a la vida privada, a medida que vamos descendiendo en la escala social, se hace más escasa e inexpresiva. Tanto para el artesano que disponía de obrador propio como para el asalariado que trabajaba por cuenta ajena, comer cada día constituiría una preocupación constante. La escasa cuantía13 y la irregularidad de sus ingresos les hacían especialmente vulnerables frente a las oscilaciones de precios de los alimentos, puesto que, al no disponer de propiedades rurales, dependían, para su abastecimiento diario, del mercado local.
La dieta ordinaria de los estamentos populares urbanos se apoyaba sobre el pan de trigo14, por lo menos en las épocas normales, a cuya adquisición consignaban la mitad aproximadamente de su presupuesto alimentario. Incialmente la mayoría de las familias menestrales preparaba el pan en casa15 y lo cocía fuera, en el horno del barrio, cuyo concesionario se quedaba, en pago por su trabajo, una parte de la hornada, normalmente 1/20, que destinaba a la venta. Desde mediados del siglo XIV, se difunde, sin embargo, la costumbre de encargar la fabricación del pan cotidiano a un panadero, a quien se entregan periódicamente partidas de cereales, o de adquirir el panl6 en una fleca de ros, tahona especializada en la manipulación de harinas integrales de trigo, más baratas que las refinadas17. Este cambio de usos, que parece obedecer a un afán por consumir pan de mayor calidad, más reciente y menos duro, estimula a los poderes locales a construir nuevos hornos18 y consolida el ascenso económico y social de los panaderos, que se convierten, junto con los pañeros y los carniceros, en una auténtica aristocracia menestral. Esta mejora de las expectativas profesionales provoca un desplazamiento casi sistemático de las mujeres, al frente de las tahonas, por los hombres. La fabricación de pan para la venta, que empezó como una actividad femenina, se transforma, en la segunda mitad del siglo XIV, en una digna y rentable tarea masculina19.
Durante las frecuentes crisis frumentarias, las autoridades municipales repercutían la restricción de la oferta de cereales en el peso y la composición del pan, no en el precio, que procuraban mantener inalterado20, limitaban la cuantía del hornaje, colocándola por debajo de 1/25 de las unidades cocidas21, y adoptaban una serie de medidas tendentes a incrementar la oferta de cereales22• El concejo, consciente del importante papel que este producto jugaba en el régimen alimenticio de amplios sectores de la población urbana, ejerció siempre un control estrecho sobre el comercio de granos23 y sobre el funcionamiento de los hornos y de las tahonas de la ciudad24, a fin de garantizar a las capas subalternas un abastecimiento fluido de pan, amortiguando las oscilaciones de precio y de calidad. Las piezas que los supervisores oficiales consideraban fraudulentas, por falta de peso o de calidad, eran incautadas al panadero y se distribuían entre las instituciones caritativas de la ciudad25•
La ración diaria de pan oscilaría, en función del precio del trigo, entre los 400 y los 700 gramos por persona. El pan se había convertido en un alimento tan esencial que, antes de de 1200, se le atribuyó un fuerte simbolismo religioso. Cuando, a mediados del siglo XII, se generalizaron entre todos los estamentos de la sociedad las misas de difuntos, se impuso la costumbre de entregar, en el ofertorio, un pan de un dinero, usanza que continuaba vigente en Barcelona hacia 1400.
El consumo de carne fresca, entre la pequeña burguesía, retrocedió sustancialmente, en cambio, entre 1100 y 135026, a pesar de las medidas adoptadas por los oficiales reales y los ediles para evitar las bruscas oscilaciones de precios27 y garantizar su salubridad28• Los menestrales, incluso después del auge experimentado, a raíz de la Peste Negra, por la ganadería, sólo tenían acceso a las variedades menos selectas y más baratas: la cabra, la oveja29, el macho cabrío y la cerda30• El carnero3I se reservaba para los escasos ágapes extraordinarios, festivos o funerarios32• La exigua presencia de carne fresca en la dieta cotidiana33 producía frustración entre las familias menos solventes, que la consideraban, como los restantes estamentos sociales, el mejor sustento para el hombre, una vianda que ayudaba a conservar la salud y a superar la enfermedad. Su carencia era compensada parcialmente con tocino salado34 y algunas legumbres y verduras de poco valor. Los potajes de habas, lentejas o guisantes35, las menestras de col y cebolla, y las sopas de pan duro con caldo de carne salada debían de aparecer a menudo en las mesas humildes. La calabaza, en verano, y las espinacas y los puerros, en invierno, aportarían un poco de fantasía a este régimen monótono. La fruta, considerada como un alimento superfluo, como un lujo reservado a las clases altas, ocupó, en cambio, un lugar periférico en al dieta ordinaria del poble menut.
El vino corriente de la tierra enriquecía en hidratos de carbono una dieta deficitaria en lípidos y proteínas. El consumo diario por persona se situaría por debajo de los tres cuartos de litro, nivel propio de los miembros de la alta burguesía36• La penuria de vino se revela, en las grandes ciudades, como más soportable que la de pan. En los años de mala vendimia, el consistorio se limita a liberalizar las importaciones y no pone en funcionamiento ningún otro de los mecanismos ideados para superar las crisis cerealistas. La escasez de vino sólo inquieta a los responsables municipales durante las epidemias o cuando la calidad del agua suscita recelos entre amplios sectores de la población. El concejo de Barjols (Var), en octubre de 1403, busca vino en el exterior, para atender las necesidades de los numerosos vecinos enfermos, testimonio interesante de las virtudes curativas atribuidas, a finales de la Edad Media, al vino en Provenza37• Los médicos catalanes, en cambio, no incluyen el vino entre los posibles remedios de la peste, desaconsejan el consumo, durante las epidemias, de los caldos fuertes y dulces38, recomiendan reducir sensiblemente las raciones y sugieren concentrar su ingestión al final de las comídas39• Con vino blanco y una amplia gama de componentes vegetales, la farmacología mediterránea bajomedieval, continuando una tradición heredada de los árabes, preparaba un conjunto de bebidas medicinales, para remedio de numerosas enfermedades, como la depresión, la amnesia, la ictericia, el asma, las ventosidades o el restreñimiento40• La incidencia de estas recomendaciones en las prácticas alimentarias de los estamentos populares, para quienes la medicina universitaria constituía un lujo inalcanzable, debió de ser, sin embargo, escasa.

En los días penitenciales, un trozo de queso, de sardina, anchoa o congrio salados41, o un huevo constituirían el companaje normal. El pescado fresco, con una oferta bastante más baja, incluso en la ciudades marítimas, que la de la carne, se vendía, excepto el delfín, el atún, la sardina y la corvina, a unos precios42 poco asequibles para la menestralía. Las autoridades municipales, conscientes de este problema, procuraban asegurar el abastecimiento, atenuar las oscilaciones de precios y erradicar los fraudes. El control concejil era especialmente intenso durante la Cuaresma, cuando la demanda alcanzaba sus cotas máximas. En las poblaciones interiores, durante el verano, el pescado de mar, por razones higiénicas, sólo se vendía salado. La pesca, incluso la recién capturada en los mares cercanos, la más sabrosa, suscitaba escaso entusiasmo entre amplios sectores de la sociedad, que, al considerarla como una vianda de calidad inferior a la de la carne, poco atractiva, más apta para la mortificación que para el deleite, circunscribían su consumo a las jornadas penitenciales43. La presencia periódica del pescado en las mesas populares obedecía más a una imposición eclesiástica que a una opción de los comensales, de ahí que las familias artesanas no le asignaran un lugar importante en su presupuesto alimentario y prefirieran reservar los escasos recursos disponibles para la compra de otros manjares más suculentos y apetecibles.
La dieta podía llegar a ser, en las capas más bajas, muy estrecha y poco variada; un sector de la población urbana tendría que conformarse con unas rebanadas de pan negro de cebada, cebollas, ajos y, eventualmente, un pequeño trozo de tocino, acompañados de agua o de vinagre44, régimen con un contenido calórico inferior al que ofrecían, durante la primera mitad del siglo XIV, las instituciones caritativas a algunos pobres locales. Para quienes vivir no era más que subsistir, la dieta que Francesc Eiximenis proponía como normal entre las familias de la pequeña burguesía, un plato de carne o de pescado, para almorzar, y otro de pescado o huevos, para cenar45, constituiría un anhelo poco menos que inalcanzable. La obligada sobriedad que presidía los hogares populares explica que sus moradores considerasen -como los campesinos coetáneos- la abundancia y diversidad de alimentos como la antesala de la felicidad46.
[...]

PANEM NOSTRUM QUOTIDIANUM DA NOBIS HODIE».
LOS SISTEMAS ALIMENTICIOS DE LOS ESTAMENTOS POPULARES
EN EL MEDITERRÁNEO NOROCCIDENTAL EN LA BAJA EDAD MEDIA

Antoni Riera Melis
(Universidad de Barcelona)

lunes, 11 de noviembre de 2013

Algunas citas célebres

Hola amigos: aquí os muestro algunas de las citas célebres que más me gustan y que quiero compartir con vosotros. Espero que os gusten.



"El mentiroso tiene dos males: que ni cree ni es creído."
Baltasar Gracián
 
'Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.'' Miguel de Cervantes
 
"El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida" Federico García Lorca
 
"El pensamiento es la única cosa del Universo de la que no se puede negar su existencia: negar es pensar." José Ortega y Gasset
 
"De querer ser a creer que se es ya va la distancia de lo trágico o lo cómico."
José Ortega Y Gasset

 
"Cuando hay dinero de por medio es muy difícil la libertad." Gonzalo Torrente Ballester
 
"No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras." Juan Luis Vives
 
"El amor es una epidemia que se acaba con el tiempo" Joaquín Sabina
 
"No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo qué sería?." Ramón de Campoamor
 
"Amistades que son ciertas nadie las puede turbar." Miguel de Cervantes Saavedra
 
"El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada."

Gustavo Adolfo Bécquer

 
"Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama."
Miguel de Cervantes Saavedra

 
"Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre,cada individuo es una variedad de su especie"Miguel de Cervantes
 
"Lo mejor del olvido es el recuerdo..." Gloria Fuertes
 
"La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura. " Miguel de Unamuno
 
"Solo temo a mis enemigos cuando empiezan a tener razón" Jacinto Benavente
 
"Donde una puerta se cierra, otra se abre." Miguel de Cervantes Saavedra
 
"Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades" Miguel de Cervantes Saavedra
 
"Solo un idiota puede ser totalmente feliz" Mario Vargas Llosa
 
"Las almas son como los ruiseñores, todas quieren volar" Valle Inclán
 
"El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo"
Gustavo Adolfo Bécquer

 
"La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido" Antonio Machado
 
"Para que nada nos separe que nada nos una" Pablo Neruda
 
"Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo" Federico García Lorca
 
"Solo los tontos tienen muchas amistades. El mayor número de amigos marca el grado máximo en el dinamómetro de la estupidez" Pío Baroja
 
"A través de los siglos, por la nada del mundo, yo, sin sueño, buscándote"

Rafael Alberti

 
"Esperando, el nudo se deshace y la fruta madura." Federico García Lorca
 
"Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre" Antonio Machado
 
"Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer" Antonio Machado
 
"El Sol, capitán redondo, lleva un chaleco de raso " Federico García Lorca
 
"Un muerto en España está más vivo como muerto que en ningún sitio del mundo" Federico García Lorca
 
"Sé breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo" Miguel de Cervantes Saavedra
 
"Mamá. Yo quiero ser de agua. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá. Bórdame en tu almohada. !Eso sí! !Ahora mismo! " Federico García Lorca
 
"El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo." Gustavo Adolfo Bécquer
 
"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva."  José Saramago
 
"La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener". Gabriel García Márquez
 
"Los hombres piensan que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse." Gabriel García Márquez
 
"Los mismos perros que riñen por un hueso, cuando no lo tienen juegan juntos". 
Samuel Buttler
 
"En la prosperidad es muy fácil encontrar amigos, en la adversidad no hay nada más difícil."
Epícteto 
(50-135) Filósofo grecolatino.