Romances de Ciego
Los llamados "Romances de Ciego" son composiciones en verso, que no necesariamente responden al modelo literario del romance. Generalmente son de autor anónimo y versan sobre relatos de hechos más bien recientes y localizados, que impresionaron a las gentes por su dramatismo o truculencia, o por su desenlace trágico.
La gente les llama simplemente "coplas", y eran principalmente los ciegos quienes las difundían a partir de su interpretación oral directa y de la venta de pliegos con el texto impreso. Antes de la existencia de los cupones de la O.N.C.E., y aparte de la limosna, éste era su modo de subsistencia.
La extensión de estos pliegos era variable, generalmente de una a cuatro páginas, y solían presentar unos dibujos xilografiados en la parte superior. Dichos pliegos reciben el nombre de "pliegos de cordel", porque se ponían a la venta colgados de un cordel y cogidos con un trozo de caña a modo de pinza para evitar que se los llevara el viento.
Estos romances eran comprados para recitarlos y cantarlos en las reuniones familiares, entre los amigos,... antes de la existencia de los espectáculos colectivos, la gente organizaba sus propias fiestas en círculos reducidos a nivel familiar o vecinal, cantando, bailando, contando cuentos y recitando romances.
Los ciegos e inválidos solían relatar estos romances en los mercados y plazas, generalmente cantando; a veces acompañados del típico violín, rabel o zanfona. Casi siempre mostraban también un gran tablero con las figuras del romance representadas, y cuyas escenas iban señalando con un puntero de palo.
Estos relatos a veces pretendían provocar la risa de los oyentes o lectores, pero casi siempre intentaban, con una finalidad moralista, transmitir un mensaje que, adornado con elementos grotescos, calaba más hondo. Se conservan bastantes pliegos de cordel, la mayoría impresos en el siglo pasado, y los temas que aparecen en ellos son en conjunto casi los mismos que podríamos hallar en las secciones de los diarios actuales: los hay de tema internacional, de guerras y acontecimientos gloriosos, información política y local, crónicas laborales, milagros religiosos,... pero las crónicas más amplias eran las de sucesos y las del corazón. Gran abundancia de romances hacen referencia a crímenes sanguinarios y explican con pelos y señales cómo fueron realizados. Las páginas del corazón nos ponen al corriente de los grandes amores, o nos guían en la elección de esposa, o previenen sobre las faltas y defectos de las mujeres, con un punto de vista exageradamente machista por regla general.
Los romances de ciegos solían comenzar con una llamada de atención al personal, similar a ésta:
"Hombres, mujeres y niños,
mendigos y caballeros,
paisanos y militares,
carcamales y mancebos.
El que ya no peina canas
porque se quedó sin pelo,
y el que el tupé se compone
con bandolina y ungüento..."
El final irremisiblemente solía ser una invitación a la compra del pliego, si les había gustado el recitado:
"Y aquí se acaba el romance
que en el pliego escrito está,
sólo dos céntimos cuesta
a quien lo quiera llevar".
Mosteiro de Sao Vicente de Fora (s. XVI-XVIII)
Lisboa
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ZHlmk3XwPR0
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