Sí, existe, y fue escrito por Augusto Monterroso, escritor mexicano. El cuento dice así:
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Esta es la explicación:
El dinosaurio» de Augusto Monterroso es uno de los textos más estudiados, citados, glosados y parodiados en la historia de la palabra escrita, a pesar de tener una extensión de exactamente siete palabras.«El dinosaurio» ha merecido ser incluido en al menos una docena de antologías publicadas en Argentina, Chile, España, Italia y México1, y también ha sido traducido a varios idiomas2. Este texto ha suscitado una gran diversidad de aproximaciones durante los años recientes, ya sea como motivo literario o bien como motivo de estudio, e incluso como motivo de reflexión política. En este último sentido, la imagen del dinosaurio ha sido identificada en México con ese personaje indiferente y calculador que todos conocemos en la vida cotidiana, que vive del tráfico de influencias y que es una herencia de la cultura política más antigua y primitiva. Como motivo literario, «El dinosaurio» ha sido objeto de variaciones y ensayos en los que el texto es tomado como referencia inicial para la creación de diversos juegos. Estas variaciones incluyen versiones poéticas, continuaciones del texto, metacuentos y otras variantes a partir del tema propuesto por Monterroso, así como argumentaciones para reconocer textos aún más breves, para adaptar el texto a la ópera o para reconocer su carácter de extrema elipsis. Como motivo de estudio, este texto ha sido analizado para estudiar su dimensión artística3. Pero ¿cuál es, en síntesis, la razón por la que este texto tiene tal persistencia en la memoria colectiva? Después de leer los trabajos dedicados a su estudio, podríamos señalar al menos diez elementos literarios: 1) la elección de un tiempo gramatical impecable (que crea una fuerte tensión narrativa) y la naturaleza temporal de casi todo el texto (cuatro de siete palabras),Estas razones muestran que los lectores tenemos aún la posibilidad de realizar múltiples lecturas de «El dinosaurio» y seguir tomándolo como motivo literario y como motivo de estudio, pues ése es el privilegio y en eso consiste la placentera responsabilidad de la lectura literaria. | ||
Es un micro relato, no?
ResponderEliminarAins con el móvil no leo la parte de la derecha...cachis!
Mañana lo leo todo.
Como me gusta tu blog!
¡Hola!
ResponderEliminarEs un micro relato, tienes razón!
Muchísimas gracias por comentarme. Espero seguir haciendo que te guste.