miércoles, 15 de abril de 2020

Daniel nos deja un maravilloso microrrelato de sueños, ficción y realidad.

Mi silencio solo se rompe con el movimiento de las demás mujeres,
moviéndose a un lado a otro, explorando nerviosas próximas a
cada rincón de estas casa que será la nuestra durante los meses o tal
vez solo durante unos días.
Le volvió a abrazar entre mis brazos, intentando que duerma un poco mientras la luz entra por la ventana e ilumina su rostro . Lo único que me queda , lo único que ese océano
insatisfecho, devorador de sueños , de vidas, de sufrimiento, no ha
podido arrebatarme lo único que me quedaba.

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