sábado, 7 de diciembre de 2013

El capitán Alonso de Contreras

D. Sergio González Moreno
Licenciado en Filología Hispánica
Universidad Complutense de Madrid.

En este artículo presento la figura todavía algo desconocida de don Alonso de Contreras, a quien la crítica ha tenido un poco olvidado en sus manuales de Literatura Española.

Su verdadero nombre es Alonso de Guillén, nacido en Madrid en 1582. Fue amigo del insigne poeta Lope de Vega, quien lo alojó en la última planta de su casa de la calle Francos, en el actual Barrio de las Letras de Madrid, mientras permaneció oculto para no ser descubierto.
Según dice el capitán en su autobiografía, era amante de las obra de Lope de Vega y solía frecuentar los Corrales de Comedias para ver representadas las obras de su amigo y de su protector.



La casa del capitán Alonso de Contreras estaba en la Plazuela de San Ginés. Una placa amarilla rememora este hecho, y así nos lo dice el autor en su obra:




"Nací en la muy noble villa de Madrid, 6 de enero de 1582. Fui bautizado en la parroquia de San Miguel. Fueron mis padrinos Alonso de Roa y María de Roa, hermano y hermana de mi madre. Mis padres se llamaron Gabriel Guillén y Juana de Roa y Contreras. Quise tomar el apellido de mi madre andando sirviendo al Rey como muchacho ,  y cuando caí en el error que había hecho no lo pude remediar, porque en los papeles de mis servicios iba el Contreras, con que he pasado hasta hoy, y por tal nombre soy conocido, no obstante en el bautismo me llamaron Alonso de Guillén y yo me llamo Alonso de Conteras."



Fue un corsario y un soldado que luchó en Flandes, Milán, Nápoles, Sicilia, Creta, Puerto Rico, Túnez, La Mámora ... durante en siglo XVII. Su figura representa la imagen real del soldado español que es mandado a luchar fuera de su país para defender su patria.






En la Biblioteca Nacional de Madrid se conservan sus manuscritos.
Su obra más famosa es El discurso de mi vida, obra que es considerada como una muestra real de la situación de la época del capitán Alonso de Contreras. Los hechos, los nombres, la toponimia, las armas y las fechas son exactas.
 El mérito que se le debe otorgar al capitán es que en su misma persona reunió dos personalidades distintas: el de ser hombre de armas y el de ser hombre de letras. Puso en un español límpido los hechos que le acontecieron a lo largo de su vida. Este capitán no es un personaje literario sino un soldado brutal, de carne y hueso que gracias a su temple sobrevivió al turbulento siglo XVII.

Su obra puede resultar un fiel testimonio para el historiador, para el filólogo y para el curioso que desee acercarse a través de la Literatura al contexto histórico y social de esa España del Barroco llena de guerras.
Su obra es considerada como una de las primeras autobiografías en España, siendo El discurso de mi vida uno de los orígenes de la autobiografía en nuestro país.