SITUACIÓN LINGÜÍSTICA DE ESPAÑA
Situación
lingüística de España. Lengua y dialecto
España
es un país plurilingüe. Sólo en la Península se emplean actualmente cuatro
lenguas y varios dialectos, situación explicable únicamente a la luz de la
historia.
Ante
este hecho cabe preguntarse: ¿Cómo nace una lengua? ¿Cómo se origina un
dialecto? Remontándonos muy lejos en la historia, parece ser que por Europa se
difundió una lengua común procedente de Asia, el indoeuropeo, de la que derivó,
entre otras, el latín, que a su vez dio lugar a las lengua románicas el las
distintas provincias del Imperio Romano: el francés (Galia), el italiano
(Italia), el portugués, el castellano, el catalán y el gallego (Hispania), el
sardo y el rumano.
Se
puede afirmar que, en general, toda lengua tiene su origen en otra
anterior, de la que empieza siendo una variedad tópica llamada dialecto.
¿Qué condiciones se tienen que dar para que un dialecto llegue a convertirse en
lengua? Algunas de las más decisivas son éstas:
- Suficiente independencia
gramatical que la diferencie de su lengua de origen.
- Elevado grado de fijación.
- Cierta producción literaria.
- Importante número de hablantes.
Desde
este enfoque genético, se deduce que toda lengua - dialecto de una anterior y
lengua madre de otros dialectos - sufre un proceso de evolución y pasa por
varias etapas:
- diferenciación lenta y
progresiva, tanto fonética como léxica, de su lengua de origen.
- consolidación estable como
sistema lingüístico autónomo.
- relación con otras lenguas de
las que toma o a las que presta léxico.
- aparición progresiva dentro de
ella de variedades diversas, que dan lugar a dialectos.
- y, según la potencia de éstos, posible desaparición de la lengua
madre.
A partir de estos conceptos de lengua
y dilecto vamos a estudiar la situación lingüística de España
diacrónicamente -en su evolución histórica- y sincrónicamente, es decir, en su
situación actual.
Etapa prerromana
Romanización
La
historia de Roma es un largo proceso de integración de todos los pueblos que
habitaban en la península Itálica en primer lugar, y los de toda Europa
después. Fue su enfrentamiento contra un pueblo africano, el cartaginés, lo que
trajo a los romanos a España en el 218 a.C. Y ésta es, pues, la fecha en que
dio comienzo la romanización de la
Península, cuya conquista concluyó Roma en el 19 a.C.
La
romanización fue un proceso de colonización cultural, en el que la superioridad
de Roma determinó la asimilación de costumbres, de formas de vida y de
instituciones político-sociales romanas por parte de los pueblos sometidos. Duró
hasta el siglo V, en que se consumó la desintegración del Imperio por la
invasión de los bárbaros.
La
península Ibérica, que, como hemos visto, era un conglomerado de pueblos y
lenguas indígenas, se iba a transformar en Hispania al asimilar sus moradores
elementos culturales romanos: legislación jurídica perfectamente estructurada
(Derecho Romano) , procedimientos técnicos y artísticos superiores
(anfiteatros, acueductos, arquitectura, etc), formas de producción económica y,
ante todo, la lengua, el latín. La disgregación lingüística de la
Península favoreció la adopción de la lengua latina, que se convirtió en un
elemento de unificación y posibilitó el entendimiento con la metrópoli.
Dado
su origen latino, para la buena comprensión de la génesis de las lenguas
hispánicas hay que tener en cuenta que:
-
la modalidad del latín que llegó a España fue una lengua oral y popular llamada latín vulgar, bastante diferente del
latín culto escrito.
-
los agentes de la romanización fueron, junto al ejército, mercaderes, emigrantes y funcionarios de la
administración, es decir, grupos no pertenecientes a los estamentos romanos
lingüísticamente más cultos.
- la
implantación tanto de la lengua como de la cultura romanas no se
llevó a cabo en todo el territorio peninsular
por igual ni al mismo
tiempo, lo que hizo del latín
vulgar una lengua poco uniforme y proclive
a la diferenciación.
Hacia las lenguas romances
Las
lenguas romances son el resultado de la distinta evolución seguida por el latín
en cada uno de los territorios tras la caída del Imperio Romano. ¿Cuál fue la
evolución seguida por el latín en nuestra península?
ETAPA VISIGODA
Los
visigodos, el pueblo germánico que se asentó en la Península, estaba ya
bastante romanizado a su llegada, lo que facilitó su fusión con os pueblos
hispano-romanos de la Península y su paulatina hispanización. Su influencia
fundamental fue aislar la Península del resto del Imperio en el momento en que
se formaban las lenguas romances peninsulares.
De
esta etapa quedan en el castellano abundantes topónimos: Aldegode (aldea del godo), Vilagude, etc.; numerosos
antropónimos: Álvaro, Alfonso, Elvira, Ramiro; y un repertorio léxico referente
sobre todo a la guerra y a las costumbres: espía, espuela, parra, rueca,
adrede, yelmo…
ETAPA ÁRABE
Mayor
importancia para el desarrollo de las lenguas peninsulares tuvo la invasión
árabe, porque actuó como precipitador del proceso de diferenciación del latín
vulgar hacia las diversas modalidades dialectales.
Desde
el 711, y durante más de seis siglos, el pueblo musulmán ejerció la hegemonía
política en la Península, a la que trajo una nueva cultura que comprendía
saberes muy avanzados tanto en el campo artístico y en el agrícola como en el
de la técnica y la ciencia. Sin duda a ello se debe el enriquecimiento léxico
que aportaron los árabes en todos estos terrenos (más de 4.000 vocablos): albañil,
azotea, acequia, noria, alguacil, almacén, aduana… (Obsérvese la fusión del
artículo árabe al en muchos de estos términos:) En toponimia aparecen muchos
compuestos de palabras árabes, tales como: guad (<<río>>), ben
(<<hijo>>), calat (<<castillo>>): Guadalén, Benidorm,
Calatayud. La lengua castellana se enriqueció también con abundantes expresiones
e interjecciones: hala, ojalá, fulano,
mengano, de balde,…
¿Por qué la invasión musulmana
precipitó la evolución de las diferencias en el uso del romance? Incapaces de
hacer frente a los moros, los hispanogodos retrocedieron y se refugiaron en las
zonas montañosas del norte de la Península, de difícil comunicación incluso
entre ellas (Montes Cántabros,
Pirineos). En cada uno de esos reductos cristianos se fue diferenciando
paulatinamente una modalidad distinta de romance.
Por
otro lado, una buena parte de la población cristiana optó por permanecer en los
territorios ocupados por los árabes, que respetaron su lengua, religión y
costumbres. Este dialecto, el mozárabe , se vio fuertemente constreñido por el
entorno árabe, que le impedía el intercambio con la lengua romance de los
cristianos del norte. Definitivamente desapareció cuando la Reconquista fue
ganando terreno y se fueron imponiendo los dialectos del norte. Era muy arcaico
y conservador y en él pervivían vocablos como baiga (vega), tauro (toro)… El
mozárabe se ha llegado a conocer casualmente a
través de unas cancioncillas amorosas –las jarchas- insertas en poemas
hebreos o árabes, las muwasaha:"¿Qué faré yo o que será de mibi / Habibi / non
te tolgas de mibi", dice una de las jarchas conservadas.
Distintos romances peninsulares
Los
focos de resistencia cristiana dieron origen a distintos reinos cuyo objetivo
primordial era la reconquista de España. Cada uno de ellos dio lugar a una
modalidad diferente de romance. De occidente a oriente se distribuyeron así en
la Península:- Galicia.
En esa región se formó un conjunto de condados asentados junto a la costa
atlántica y alrededor de Santiago, y sometidos al reino astur-leonés. El
dialecto gallego tenía fuerte sustrato celta y al extenderse hacia el sur
dio lugar al portugués, así llamado desde el siglo XI, cuando Portugal se
independizó de León.
- Reino
astur-leonés. Se constituyó en torno a la monarquía que se
sentía heredera de la visigótica. Su lengua tendió por tanto al
conservadurismo y fue reacia a la innovación.
- Castilla. Era
en su origen una pequeña comarca fortificada, sede de condados
dependientes del reino de León y logró su unidad e independencia con
Fernán González en el siglo X. El castellano fue un pueblo con
personalidad luchadora, y su lengua romance aportaba rasgos innovadores e
incluso revolucionarios.
- Navarra y
Aragón. La lengua romance de este reino, que se
escindió en dos, abundaba en rasgos conservadores al estilo del leonés,
pero más tosco.
- Cataluña. Zona
de condados dependientes en un principio del sur de Francia, se
independizó en el siglo XI y su fuerza expansiva llevó la lengua catalana
hacia el sur hasta Levante. El catalán es una lengua de rasgos
conservadores e influencia provenzal.
Un
complejo sistema de dialectos que en su diversa evolución por razones políticas
y de otro género fue cristalizando en tres dialectos que se convirtieron en
lenguas (catalán, gallego y castellano);
dos dialectos de base latina muy influidos por el castellano (leonés y aragonés); y un dialecto
perdido: mozárabe. A este panorama
hay que añadir una lengua prerromana superviviente no exenta de influencias
latinas y castellanas: el vasco.
LENGUAS Y DIALECTOS DE ESPAÑA
De las
cuatro lenguas que se hablan actualmente en España vamos a comenzar el estudio
por la más antigua y la única que no procede del latín.
- Una lengua
prerromana: el vasco o euskera
Esta lengua no es de la familia
indoeuropea. Son numerosas las teorías que han pretendido explicar su origen y
la razón de sus firmes raíces, que lo mantienen vivo a despecho de tantos
avatares históricos. La teoría que hacía remontar esta lengua hasta la ibérica,
basada en placas y lápidas escritas en ibero, donde se perciben ciertas
similitudes, está hoy bastante en desuso. Otros investigadores consideran, con
más fundamento, la posibilidad de que el vasco pertenezca al grupo de lenguas
caucásicas (lenguas habladas entre la URSS y Turquía). La emigración de pueblos
de estas regiones, doce siglos antes de Cristo, a la cuenca mediterránea explicaría
la implantación de vasco en la Península.
Cualquiera que sea su origen, el euskera es una lengua que fue
reduciendo su extensión por empuje del latín, primero, y del castellano
después. Perdió por ello Burgos, la Rioja y parte de Navarra a juzgar por los
topónimos. Pero actualmente está en claro proceso de recuperación, a partir de
la protección autonómica que la reconoce como lengua oficial de la Autonomía
Vasca junto al castellano.
Actualmente el número de hablantes quizá
pueda situarse alrededor del millón de personas, debido a la enseñanza del
euskera en las escuelas, la implantación de las ikastolas y su empleo más allá
del ámbito familiar en el que se ha desarrollado habitualmente hasta su
reconocimiento oficial. Existen varios medios de comunicación que usan como
vehículo exclusivo el euskera, como los diarios Deia y Egin, varias emisoras de
radio y una cadena de TV (ETB). La literatura vasca, principalmente novela y
poesía, está en desarrollo creciente.
2. LENGUAS PROCEDENTES DEL LATÍN
2.1. El gallego
La
lengua galaico-portuguesa es el
resultado de la evolución del latín vulgar en el noroeste peninsular. Los
límites del gallego con el leonés resultan confusos y su separación del
portugués, que se consumó definitivamente en el siglo XV, no es absoluta, pues
conservan rasgos comunes. Alcanzó pronto un gran prestigio literario, sobre
todo du poesía: poemas de los Cancioneros,
Cantigas a la Virgen de Alfonso X,etc. En el siglo XV se detuvo la
producción literaria gallega por razones políticas y aumentó el influjo
castellano. El Rexurdimiento de la
lengua gallega se produjo en el siglo XIX, gracias a la aparición de grandes
poetas que volvieron a convertir el gallego en vehículo literario.
Actualmente
se extiende por toda la región gallega, parte occidental de Asturias y algunas
zonas de León y Zamora. Cuenta con unos tres millones de hablantes, aunque es
difícil precisar el número por estar el bilingüismo muy extendido.
L
Autonomía gallega tiene al gallego como lengua cooficial con el castellano.
Desde principios del siglo XX el gallego conoce un gran auge de publicaciones
periódicas, obras literarias, editoriales, canal de TV y varias emisoras de
radio.
2.2. El catalán
Es
fruto de la evolución del latín vulgar en el noroeste de la península Ibérica.
Durante mucho tiempo se supuso que el catalán era una variedad dialectal del
provenzal, más concretamente del lemosín. Hoy está demostrado que es una lengua
románica derivada directamente del latín. En la primera mitad del siglo XII se hablaba
en Cataluña, pero tras la reconquista llevada a cabo por Jaime I llegó al reino
de Valencia y a las Islas Baleares.
La
literatura en catalán conoció un gran auge en la Edad Media. Las máximas
figuras de este periodo son Ramón Llull y el célebre poeta Ausiás March. El
catalán goza en nuestros días de un importante auge literario y un elevado
número de hablantes, cercano a los ocho millones.
La
extensión geográfica del catalán es bastante amplia: Cataluña, los valles de
Andorra, una franja de Aragón, Castellón, Islas Baleares y el tan polémico
territorio de lo que en otro tiempo fuera el reino de Valencia. Como es sabido
de todos, debido a la personalidad histórica del reino de Valencia, a su
importante contribución al desarrollo literario del catalán y a la conciencia
idiomática del pueblo, favorecida por la Autonomía Valenciana, hay valencianos
que piensan que su lengua es independiente del catalán, pero con una
procedencia común.
La
lengua catalana es actualmente lengua de enseñanza y cuenta con muchos medios
de comunicación que la transmiten y dan a conocer en España y fuera de ella,
donde se está abriendo paso en los foros internacionales.
2.3. El castellano
Surgió
de la desintegración de la lengua latina en la antigua Cantabria.
Los
historiadores de la lengua no logran aclarar el origen del talante innovador
castellano. Se apuntan algunos motivos:
- Tardía
y escasa romanización de esa zona.
- Enclave
geográfico de Castilla en la confluencia de tres demarcaciones romanas
sobre una zona de influjo vasco.
- Rebeldía
innata de este pequeño condado que se sacudió no sólo el dominio leonés,
sino las soluciones lingüísticas arcaizantes.
Es
precisamente esa modernidad y el enorme empuje conquistador de los reyes
castellanos lo que explica su rápida extensión, primero por la Rioja y el Alto
Duero, arrebatando importantes zonas al vascuence y al navarro-aragonés, y
posteriormente hacia León. Su expansión fue por tanto, en forma de abanico al
principio y más tarde en forma de cuña, según Menéndez Pidal, hacia el centro
de la meseta.
Lo que es indudable es que, al
convertirse Castilla en principal baluarte de la Reconquista, el castellano se
impuso con facilidad en la mayor parte de los territorios ocupados a los
musulmanes: Extremadura, Castilla y Andalucía.
Los textos que reflejan el estado
lingüístico de los siglos X y XI, incluso los del siglo XII, nos muestran la
inseguridad y vacilaciones propias de toda la lengua en desarrollo inicial.
Sólo cuando en el siglo XIII fue declarada “lengua de Chancillería” por Alfonso
X se puede considerar que estuvo el castellano preparado para ser vehículo
literario y científico.
Los siglos XIV y XV son de capital
importancia en la consolidación del castellano como lengua literaria. En esa
época la lengua se enriqueció con palabras y formas procedentes tanto del latín
(Humanismo), como el italiano y el francés.
En el siglo XVI el castellano no sólo era la lengua oficial de
España, sino que también se imponía en Europa y se abría al mundo más lejano
merced a los grandes descubrimientos de ultramar.
Entre el siglo XVI y el XVII se consumó
el cambio fonológico sustancial de la lengua castellana.
El siglo XVIII fue más importante por su
contribución a la fijación de la lengua que por sus logros literarios. Fue en
ese siglo cuando se fundó la Real Academia de la Lengua, que nació para
unificar y depurar el idioma.
A
lo largo de los siglos XIX y XX el castellano ha ido ganando prestigio y
aumentando su caudal literario, uno de los más ricos del mundo.
VARIEDADES DIALECTALES EN EL CASTELLANO DE LA PENÍNSULA
Vamos
a considerar aquí sólo el andaluz, dejando
el murciano, el extremeño y el canario
como dialectos-lenguas de tránsito, por tener otras influencias. Los límites
geográficos del dialecto andaluz coinciden casi en su totalidad con la región
de Andalucia.
Los
rasgos más característicos del dialecto andaluz son:
·
Seseo. Es
propio del área occidental. Se considera hoy día correcto por el influjo
socio-histórico de Sevilla.
·
Ceceo. Se
da en zonas de Málaga, Granada y Almería. Es considerado pronunciación vulgar.
·
Yeísmo.
·
Aspiración o casi desaparición de s en posición final.
·
Aspiración de h inicial.
·
En el vocabulario andaluz se observan abundantes arcaísmos, gran influjo
del caló o gitano y un mayor influjo aún del árabe.
Literariamente el dialecto andaluz se
ha usado en muchas obras, entre las que destacan los sainetes de los hermanos
Álvarez Quintero.
- DIALECTOS HISTÓRICOS DE LA PENÍNSULA
Son los dialectos originarios del latín
que no consiguieron evolucionar ni definirse frente al castellano. Algunos los
consideran dialectos del castellano por la enorme influencia que éste ha
ejercido sobre ellos.
3.1
ARAGONÉS
Antiguamente
se hablaba en todo el reino de Aragón. Mantiene algunos rasgos comunes con las
hablas castellanas peninsulares, especialmente con el leonés.
3.2
ASTUR-LEONÉS
Se habla en Asturias, en el centro y el
oeste de Santander, en el norte y
El oeste de León, y en el oeste de Zamora y Salamanca. Es un dialecto
arcaizante y tiene numerosos préstamos e influencias de los dialectos gallegos
orientales.
El bable, variedad dialectal del
astur-leonés, es el dialecto más desarrollado y el que cuenta con mayor número
de hablantes. Sus diferencias con el castellano son tan claras que muchos
hablan de una lengua aparte. A partir de la creación de la Autonomía, un
importante sector de la sociedad asturiana demanda que el bable sea elevado a
categoría de lengua cooficial en el Principado.
- Hablas de
tránsito
Se
denominan así ciertas modalidades lingüísticas que no se consideran propiamente
dialectos, sino que participan de los rasgos de varios dialectos próximos y
tienen una base castellana.
Son
los siguientes:
4.1 El extremeño.
4.2 El murciano.
4.3 El canario.
EL BILINGÜÍSMO EN ESPAÑA
El
bilingüismo consiste en la coexistencia en una misma comunidad de dos o más
lenguas en igualdad de condiciones. Esta circunstancia es puramente teórica,
pues es muy difícil que se dé algún ejemplo real de bilingüismo. Lo más
frecuente es que no exista esa equivalencia absoluta en todas las situaciones.
Se produce entonces la diglosia: en una situación de contacto de varias lenguas
se hace una distinción de uso o de prestigio entre ellas, debido a factores
políticos, sociológicos, etc.
En
España existen varias comunidades lingüísticas que a partir de determinadas
épocas han vivido en una situación de diglosia más o menos pronunciada según
las zonas y el momento. Desde 1978 la Constitución sanciona la mejora de esta
situación al establecer como oficial en esas comunidades, además del castellano,
su propia lengua. Ello permite no sólo que se enseñe y se use la lengua materna
en las escuelas y demás centros educativos, sino también que se pueda utilizar
en instituciones y actos oficiales. De esta manera se evita que la lengua se
transmita sólo en un ambiente familiar y se favorece su uso en todos los
registros lingüísticos.
El
contacto entre diversas lenguas dentro de una misma comunidad causa siempre
problemas de muy diversa índole. Es muy difícil llegar a la situación ideal del
bilingüismo tal y como lo habíamos definido en un principio, pero es posible
establecer una buena base bilingüe desde la infancia, es decir, un conocimiento
amplio y profundo de las diversas lenguas para poder usarlas correctamente.
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