Años más tarde, el propio Saugnieux cuestionaba este planteamiento: «¿No sería que es aberrante querer aplicar ese criterio a una obra como los Milagros?» Sin negar las desviaciones doctrinales, busca entonces su explicación en la voluntad del clérigo de salir al encuentro de la cultura popular religiosa Es la vía que me parece obligada para no desembocar en flagrantes extrapolaciones. Porque es claro que a una mentalidad teológica culta, hoy como ayer, la visión teológica que subyace en las obras de Gonzalo de Berceo ha de resultarle pobre. No debe perderse, sin embargo, de vista que en todos los tiempos la pastoral de la Iglesia ha sido favorable a las formas simplificadas de adoctrinamiento del pueblo y se ha mostrado siempre condescendiente con las formas populares de expresión de la religiosidad, tantas veces mezcladas con ganga impura de ritualismos rayanos en la superstición. Baste un ejemplo. Hemos visto que el mérito de vasallaje de algunos de los recompensados con el favor de María se reducía a inclinarse al pasar delante de una imagen de la Virgen y saludarla. Pero he aquí que un difundido catecismo medieval recomendaba literalmente: «Quando pasares delante de la imagen de santa María non se te olvide el Ave María, que aquel que en este mundo la saludase con el Ave María, en el otro mundo será salvado» . Más allá aún de esto, y por lo que atañe a la teología de la gracia, conviene recordar que, proponiendo como ideal la vivencia simultánea de la contrición y la atrición -«timorem pariter et amorem fac nos haber perpetuum», rezaba la Liturgia en una de sus colectas-, la Iglesia considera suficiente el dolor de atrición, unido al propósito de enmienda y a la esperanza del perdón, para recibir la gracia de Dios.
Por esa vía de encuentro con la cultura religiosa popular he avanzado en estas páginas, tratando, además, de completar la visión desde una perspectiva orgánica de estudio: la contemplación, en los Loores, de la figura de María en la Historia de la salvación, pasando por la justificación de sus méritos de corredentora en el Duelo, hasta la culminación de su presentación en los Milagros como «Sennora benedicta, Reína acabada, / por mano del tu Fijo don Christo coronada» (c. 746.1 y 2), en función activa de omnipotencia suplicante."
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LA MARIOLOGÍA EN GONZALO DE BERCEO
VICTOR GARCÍA DE LA CONCHA
(Biblioteca Gonzalo de Berceo)
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Autor Maíno, Fray Juan Bautista
Adoración de los Reyes Magos
1612 - 1614
Óleo
Lienzo
Medidas 315 cm x 174,5 cm.
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Autor Maíno, Fray Juan Bautista
Adoración de los Reyes Magos
1612 - 1614
Óleo
Lienzo
Medidas 315 cm x 174,5 cm.